El inicio



Amores eternos

Un florero vacío y María sintiéndose no recordada por José. Juan lloraba cada domingo viendo flores vivas que él no le ponía a su Magdalena. José, por su tristeza, olvidó el nombre de María y –en su honor– decidió ponerle flores a otra mujer del cementerio por siempre.

5.5.07
Imagen: La Rosa Meditativa, Salvador Dalí

Comentarios

  1. Hola, Nadir, quería darte las gracias por el dato sobre la traducción el cuento de Liendo. Además, me he paseado esta mañana dominguera por tus tres páginas. Envidio tu capacidad para atenderlas todas y hacerlo de manera excelente. El último minicuento es realmente de antología. Felicitaciones, Luis Barrera Linares

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  2. Gracias Luis, mis cuentos se enamoraron de tus palabras.

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