Satisfacción femenina



El primero siempre con la bragueta abierta.
Me demostraba su amor, jadeando,
moviendo su cadera como perro.
Yo era demasiado frígida para él.
El siguiente me traía flores... ¡tan sensible!
Entonces le resulté una ninfómana cruel.
Con mi último hombre soy tan poco:
su única mujer.



© Nadir Chacín, 2009.
Todos los derechos reservados.

Imagen: "Transfusión", de Günther Brus

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