Confesiones desde el confinamiento

© Brian Kershisnik


Hoy las células que me conforman entraron en modo melancolía y al unísono. Apenas estoy empezando a sentir el efecto de las pérdidas que representa esta epidemia. No hablo de las pérdidas económicas que también pesan, sino de los cambios bruscos en mi agenda de los próximos meses y lo que estos significan para mis querencias.
Personas que iba a ver y ya no veré, encuentros que no se darán, experiencias que no viviré, viajes que no haré. Y me pregunto ¿a dónde pongo ahora el deseo que tenía de ver, dar y vivir? ¿En qué lugar adentro de mí acomodo todo eso para que haga el menos daño posible?
Y se me ha ocurrido venir aquí y contarles que he estado este martes enumerando por escrito en pequeños papeles las "cosas" perdidas en estos días extraños y los estoy poniendo en una caja.
Como si esta caja pudiera por sí sola hacer justicia y pudiera decirme: "Tienes por delante muchos años de vida para experimentar lo que perdiste ahora y mucho más".
Y como si yo pudiera creer, luego de escribir tantas horas y sobre tantos pequeños papeles, que una caja me ha hablado y que además me ha dicho la verdad.


Barcelona, 17 de marzo de 2020, 20:30 horas.
(Epidemia de Coronavirus Covid-19.)

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