Foto © Nadir Chacín |
En la madrugada
todo es permanente
a su modo.
Está el horizonte negro
las estrellas
el sonido perpetuo de las chicharras
los grillos
el manto profundo
que los recubre con su gracia.
Y allí estoy.
Un cuerpo salvaje que respira
un trepidar
una estela erguida
que espera la salida del sol
como montaña viva.
Mientras,
los animales de la noche
hablan y cantan su danza existencial
convocando a quienes siguen
cual verso que rima
lo que ellos ya son.
Así,
se unen los eternos momentos
imágenes sensoriales
plasmadas en el lienzo
perceptual del que broto.
Es el propósito instante
que la muerte inminente
ha convocado.
En esta madrugada
soy la estrella que se despide
la chicharra que no surge
ni se desvanece sola
porque donde una canta su ópera
otra le responde.
Y a la próxima noche
le vendrá su madrugada.
Quizás un día o una noche
mis ojos dejen de ver
mis oídos de escuchar
mi piel cese de erizarse
mi gusto de saborear
mi olfato de percibir aromas
mi mente de pensar
pero como las chicharras
y los árboles que las alojan
sosteniendo sus cánticos
de igual modo
habrá otras pieles
más oídos
gustos, mentes y olfatos
en este ciclo infinito
que nos palpita a todos.
::::
nadirchacin.com
22/08/2020, 5 a.m.
Último amanecer en el Retiro de meditación y silencio en Suryavana, Jérica, España.
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Dedicado a Maitrigosha con todo mi agradecimiento.
Gracias al Centro Budista de Valencia y al Centro de Retiros Suryavana. Gracias a la Orden Budista Triratna.
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